El alquiler de los inmuebles y las nóminas del personal son dos de los principales gastos fijos de cualquier negocio, a los que se unen otros variables, como los suministros de electricidad, agua y gas o proveedores, y los impuestos como el de Actividades Económicas o el de Bienes Inmuebles. Ahora que la política de supervivencia de muchos comercios exige reducir las facturas, ¿qué opciones hay?