La popularidad de Jacinda Ardern, dentro y fuera de las fronteras del país que dirige, se acrecienta incluso tras la sacudida de un terremoto. El domingo pasado, la primera ministra de Nueva Zelanda había concedido una entrevista en directo a una cadena de televisión cuando un terremoto de magnitud 5,8 sacudió la Isla Norte, sin causar daños humanos ni materiales, ni tampoco activar la alarma por tsunami.