Basta conocer su inventario de más de 9.000 tipos de flavonoides para comprender que el reino vegetal es mucho más que una despensa gigante. “En las plantas, además de actuar como aromas naturales y pigmentos casi universales (amarillo, rojo y azul en flores y frutos), estos compuestos protegen de la radiación ultravioleta, transportan hormonas relacionadas con el crecimiento vegetal, atraen insectos polinizadores, funcionan como defensa ante predadores y pueden proteger contra plagas e infecciones causadas por hongos y bacterias”, enumera la neuróloga Silvia Gil, vocal de la Sociedad Española de Neurología. En las personas, se les atribuye una gran capacidad para prevenir el alzhéimer y el deterioro cognitivo.