El aeropuerto internacional de Anchorage, la capital de Alaska es mucho más pequeño que sus hermanos en otras ciudades de Estados Unidos, pero en los últimos meses ha crecido en actividad gracias a su ubicación privilegiada: se encuentra casi a la misma distancia de Nueva York que de Tokio, y eso ofrece una gran ventaja para el tráfico de mercancías. Los vuelos que proceden de Asia pueden volar hasta ese destino con menos combustible que si lo hicieran directamente a la mayoría de ciudades del resto de EE UU, y aprovechar eso para cargar mercancías.