“No soy solo Felipe, soy los 152 millones de niños en todo el mundo que están en trabajo infantil”. Con esta frase, un adolescente brasileño abrió su discurso en la reunión del Consejo Ejecutivo de Unicef, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, en septiembre de 2019. Se llama Felipe Caetano y, a los 17 años, demostró lo cruel que es el trabajo infantil, pero también cómo superarlo.