Pocas veces toda la humanidad había estado tan pendiente de una vacuna. Concretamente, la de la covid-19. Muy de cerca se sigue la carrera de los científicos por desarrollarla, los debates sobre su posible efectividad, cuándo se podrá empezar a fabricar en masa y cómo se distribuirá entre la población. Una de las preocupaciones es que las naciones más pobres queden excluidas de los beneficios de la inmunización. Para evitarlo, la Alianza Global para la Vacunación (Gavi, por sus siglas en inglés) ha solicitado 2.000 millones de dólares a sus donantes para una primera campaña de inmunización de trabajadores sanitarios y personas con más riesgo. Un esfuerzo adicional a los 8.800 millones que ha recaudado este junio de 2020 para continuar apoyando los próximos cinco años a los países más vulnerables a la hora de adquirir y suministrar las vacunas que ya existen contra la neumonía, la polio o el sarampión a sus niños. Si la pandemia lo permite.