Durante la pandemia la sociedad ha calibrado multitud de posibilidades para adaptarse lo mejor posible a la nueva normalidad. Algunas han sobrevivido, y otras incluso han mejorado lo anterior. Pero lo cierto es que hay cuestiones que resultan difíciles de entender cuando su esencia varía. Es el caso de los festivales de música, unas celebraciones dirigidas a grandes multitudes que siguen pensando como encajar en la situación actual.