Esta es una historia de islas, naturaleza recreada, diálogo internacional, diseño sin ánimo de lucro, reinvención del espacio público y diseño entendido como ingenio. En marzo, debía comenzar la construcción de un archipiélago flotante, un espacio público inesperado en el puerto industrial al norte de Copenhague. Ahora mismo, un racimo de nuevas islas debía salpicar las aguas para acercar una zona urbana a la vida de los ciudadanos. El objetivo era llegar para acercar. Soltar las amarras de las islas para hacer más verde, más pública y más recreativa la costa alejada del centro de la ciudad.