1. Caminando
Nunca se habían publicado tantos libros sobre una acción tan cotidiana como el caminar. Los hay para deportistas, para excursionistas, para melancólicos, para obesos, para prófugos más o menos irredentos (recuerden el estupendo Manual de escapología, de Antonio Pau; Trotta); pueden encontrarse centrados en la estética (y en la ética) del paseo, en sus propiedades sanatorias, en la felicidad que procuran, en su capacidad de propiciar la tan añorada mindfulness; los hay firmados por clásicos (en el Romanticismo los intelectuales redescubrieron sus piernas) como Thoreau, Stevenson, Hazlitt, o por contemporáneos que añoran la paz que (aseguran) proporciona su práctica: Elogio del caminar, de David Le Breton (Siruela); Caminar, de Erling Kagge (Taurus), o El arte de caminar, del monje budista Thich Nhat Hanh (Paidós), son tres ejemplos entre otros.