Para muchas empleadas domésticas de origen migrante en Líbano, la explosión en la capital del pasado agosto ha añadido más complicaciones a su ya precaria existencia y exigen a sus Gobiernos la repatriación
Para muchas empleadas domésticas de origen migrante en Líbano, la explosión en la capital del pasado agosto ha añadido más complicaciones a su ya precaria existencia y exigen a sus Gobiernos la repatriación