Al igual que procuramos los mejores cuidados para nuestro cabello, manos y dentadura, conviene hacer lo mismo con nuestros pies. Sobre todo porque soportan nuestro peso corporal y porque gracias a ellos podemos desplazarnos de un lugar a otro. Y es que, ¿cuántas veces no hemos llegado a casa tras un largo día y hemos repetido la expresión ‘tengo los pies hechos polvo’?