El uso de mascarilla se ha convertido en un claro objeto de polémica en muchas partes del globo. No llevarlas o cubrirse parcialmente con ellas –el famoso destape de nariz– suele penalizarse con sanciones económicas, pero en Indonesia, el país con más víctimas mortales del sureste asiático, han decidido que eso ya no es suficiente para disuadir a la gente de ir sin antifaz. Las autoridades de Gresik, al este de la isla de Java, han ideado un insólito –y macabro– castigo para los infractores: ponerles a cavar tumbas de fallecidos por Covid-19.