Beethoven, que apenas viajó, es entronizado con frecuencia como el más universal de los compositores. El Cuarteto Ébène se ha tomado el dictum al pie de la letra y ha grabado una parcela capital de su producción en siete ciudades repartidas por todo el mundo: Filadelfia, Viena, Tokio, São Paulo, Melbourne, Nairobi (la situación política en Mali impidió que fuera Bamako, como estaba previsto) y, por supuesto, París.