La enfermera Nosipho Khanyile saca una abultada bolsa de plástico de su taquilla en el vestuario de mujeres del hospital rural de Nasrec, en Johanesburgo (Sudáfrica), para enfermos de covid-19. El paquete contiene los componentes de su equipo de protección individual (EPI): delantales, guantes, un escudo facial y mascarillas. Cada mañana, ella y sus compañeras reciben dos EPI, de manera que después de comer puedan cambiárselo.