El título del último libro de Carlos Fernández Liria no engaña: Sexo y filosofía, habla de sexo, sobre todo al principìo, pero habla más de filosofía. Su mayor problema es que está plagado de insistencias. La misma expresión, la misma idea se repiten una y otra y otra vez. A cambio, en las más de las ocasiones mantiene la fuerza narrativa. Son especialmente vibrantes las páginas dedicadas a Platón, al que desidealiza con vehemencia poco después de haber resaltado los aspectos más materialistas de Aristóteles. Después de todo, dice el autor, el amor se dirige siempre a un particular material. “El amor es simultáneamente conciencia de la muerte y tentativa de hacer del instante una eternidad (…) una victoria contra el tiempo”, aunque el tiempo siempre acabe imponiéndose.