La estatura no es una enfermedad, sino una peculiaridad de cada persona. El hecho de que un niño tenga talla baja “no significa, necesariamente, que haya una enfermedad, ni mucho menos. Es más, las dos causas principales son la talla baja familiar y el retraso constitucional del crecimiento y desarrollo porque son menores que alcanzan la pubertad más tarde de lo habitual o que dan el estirón más tarde. De este modo, hay algunos que, pese a que siempre son bajitos si los comparamos con los de su edad, siguen un ritmo de aumento de peso y talla normales. Eso no ha de preocuparnos, pero sí el hecho de que haya una disminución de la velocidad de crecimiento y también de peso”, explica Iván Carabaño, pediatra y editor de la Revista de Pediatría de Atención Primaria.