“Nuestras propias palabras / nos impiden hablar. / Parecía imposible. / Nuestras propias palabras”. Citados, copiados y retocados, estos cuatro versos se han convertido en un emblema de la poesía española de los últimos años. Lo mismo que su autor, Pedro Casariego Córdoba, que nació en 1955 y se suicidó 37 años después tirándose a la vía de tren. Dos días antes -el 6 de enero de 1993- escribió su último texto, un cuento ilustrado por él mismo como regalo para su hija Julieta. Casariego, que muchas veces firmaba PeCasCor, escribió entre 1977 y 1987 -luego se dedicó a la pintura- seis poemarios “encadenados” argumentalmente y medio centenar de poemas en los que brilla particularmente su nada convencional visión del amor y de un mundo al que no se adapta.