Uno de los contados errores de este libro es su referencia al general Domingo Batet, fusilado en enero de 1937 por su lealtad a la República. No fue él quien reprimió la insurrección obrera de Asturias en 1934, aunque sí se opuso con éxito a la catalana de octubre. Las palabras dirigidas por Batet a los soldados que estaban a punto de fusilarle podían servir de prólogo a la obra que comentamos: “Como acto de disciplina, debéis disparar obedeciendo la voz de mando”. Entre los jóvenes que formaban el pelotón, habría simpatizantes de organizaciones obreras o republicanos, franquistas convencidos y también apolíticos que se vieron metidos en el bando sublevado.