Hace tres años, el skate recuperó protagonismo al ser considerado deporte olímpico. El confinamiento ha provocado un boom definitivo: tras el encierro, las ventas de tablas se disparan y proliferan miles de nuevos patinadores mientras las ciudades albergan cada vez más skateparks. Desde el textil hasta el cine y los videojuegos, el asalto de la industria se torna imparable. Y lo que nació como un estilo de vida vuelve a convertirse en tendencia global.