Lo confieso: soy adicta a las zapatillas. Aunque no me considero amante del deporte ni, en concreto, del estilo sport a la hora de vestir, cada día que pasa me gusta más tener un zapatero bien provisto de calzado cómodo -pero, a la vez, estiloso- para acudir al trabajo, salir de paseo, viajar (ojalá volvamos a hacerlo pronto) o, simplemente, aportar un toque desenfadado a cualquier look de fin de semana. Me interesa, además, hacerme con modelos de estilo sobrio y colores neutros y lisos. Porque así puedo combinarlas con la ropa de forma sencilla y me aseguro de que serán atemporales y duraderas entre mis básicos.