Juan Fernández Krohn relata su intento de asesinato sin alterar el gesto ni el volumen de su voz. Si acaso, exhibe una pizca de hastío: ha contado la historia cientos de veces. Pese a la reiteración, su caso es poco conocido en España. Y a sus 71 años, la memoria le juega malas pasadas. Se sume en largas pausas para recordar detalles del suceso por el que su nombre está en las hemerotecas. Ha pasado mucho tiempo desde aquel 12 de mayo de 1982. Desde su gesto de Fátima, la solemne expresión con la que se refiere a su fallido propósito de matar al papa Juan Pablo II, al que acusaba de ser un agente comunista infiltrado en el Vaticano para destruir a la Iglesia católica.