En 1980, Carlo Crocco tuvo una visión para la firma relojera que acababa de fundar, Hublot. En un mundo tradicionalmente apegado a la tradición y el clasicismo, él quería insuflar nuevos aires a sus creaciones. Combinar el saber hacer, la fiabilidad y la nobleza de los materiales de la alta relojería suiza con un espíritu más contemporáneo y rompedor. Con ese punto de vista dio forma al 1980 Classic Original, uno de esos modelos que cambian el curso de los acontecimientos y que funcionan como una declaración de intenciones. Con él, Hublot se convirtió en la primera marca relojera que se atrevía a unir un material lujoso como el oro con otro tan versátil y moderno como el caucho, una mezcla de elementos que rompió las normas establecidas en ese momento y marcó la pauta de una firma que apuesta por la innovación y el atrevimiento.