Los dos principales caballos de batalla de los coches eléctricos han sido la autonomía y el tiempo de recarga. Lo primero ya se ha resuelto con las baterías de mayor capacidad, como las del Volkswagen ID.3, qué con alternativas de 58 y 77 kWh, ofrecen hasta 420 y 549 kilómetros de alcance, respectivamente. Lo segundo está todavía en proceso, y aunque va avanzando con el despliegue de una red de carga pública cada vez más extendida, todavía queda camino por recorrer. Y ahí es donde gana importancia y resulta casi imprescindible contar con una infraestructura de carga fiable y de buen rendimiento en el hogar. Porque será nuestra gasolinera particular para abastecernos de electricidad en menos tiempo que con los enchufes domésticos convencionales.