Tres nuevas condenas a la amputación de la mano por robo, en Irán, han hecho saltar las alarmas de los defensores de derechos humanos locales. Las sentencias, dos de las cuales ya han sido confirmadas por el Tribunal Supremo, se suman a otras cuatro ratificadas el mes pasado. Todas ellas se han pronunciado en la ciudad de Urmía, al noroeste del país. Los activistas temen que se esté recuperando un castigo que, aunque recogido en la legislación penal iraní, había caído en desuso por su carácter inhumano y las críticas que suscita.