Me declaro radicalmente adicto a los buñuelos de viento, rito con el que en estas fechas cumplo con la devoción de un ferviente goloso. Los que elabora el pastelero Ricardo Vélez en Moulin Chocolat figuran entre mis favoritos. Alta repostería con mayúsculas. Ligeros, suaves, tiernos, rellenos de cremas de diferentes sabores y bajos en azúcar.