Mi vida: Estoy en el crepúsculo; el tiempo se me va. Hay medidas que tomar, proyectos que cerrar, un arca de olvidos que abrir y barajar: postales, fotos, cartas… que guardar o desechar. A tu muerte empecé: vendí el piso neoyorquino y, nuestro pasado embalado en un maletín de mano, regresé: un ensayo —¿anticipo?— de lo que me quedaba, todavía, por hacer.