El amor a los perros a veces se lleva demasiado lejos. Una enorme estatua cubierta de oro de un perro preside desde hace unos días una rotonda rodeada de intenso tráfico en el capital de Turkmenistán. La ha inaugurado el longevo líder del país centroasiático, que además ha escrito una oda a la raza de perro local que representa la figura.