LAS VERDURAS Y frutas de otoño ofrecen infinitas posibilidades para cocinar platos fáciles y sanos, la combinación ideal para resolver con nota la última comida del día. Tener siempre en casa proteínas de calidad que se puedan preparar rápidamente —como huevos, legumbres ya cocidas, pollo o pescado azul (fresco o en conserva), tofu o soja texturizada— nos dará una buena base sobre la que trabajar. Técnicas como el salteado, en el que se aplica una cocción corta a fuego alto, son ideales para completar con ingredientes de temporada como las espinacas, las acelgas, los champiñones y otras setas, la col o la zanahoria. Cocer una cantidad generosa de arroz integral u otro cereal añadirá hidratos de carbono complejos y una fuente de fibra.
El otoño en el mar es temporada de dorada, gamba roja, pulpo del Atlántico o salmonetes, según los calendarios de Greenpeace, la asociación Adepesca y la Fundación Eroski. Es recomendable pasar el pescado congelado, limpio y listo para su consumo, a la nevera para que se descongele lentamente. La sartén y la plancha son la manera más rápida de cocinarlos, aunque el horno permite convertirlos en una comida completa si añadimos una base de patata, zanahoria, cebolla, chirivía, boniato o calabaza. Para que todo esté en su punto hay que poner primero los vegetales y añadir el pescado casi al final de la cocción: así, los primeros quedan dorados, y el segundo, jugoso. Si durante el proceso usamos la otra bandeja del horno para asar más verduras enteras, tendremos una buena base para solucionar la cena del día siguiente: la calabaza será una delicia gratinada con cualquier queso curado y nueces picadas, o puede convertirse en un rico puré con curri y leche de coco.