Hoy no has tenido un buen día ni un momento de felicidad. ¡No pasa nada, es algo normal! Parece que estamos obligados a ser felices, como si la vida fuese una continua fiesta. Redes sociales como Instagram o Facebook han creado una falsa línea de felicidad que podría ser perjudicial para afrontar los malos momentos. Debemos empezar a reconocer que la foto de una persona con cara alegre o que una frase bonita como “todo saldrá bien” sobre la imagen de un amanecer no harán que todo vaya bien. No es bueno creerlo así, sobre todo en el contexto que vivimos.