La ruta que elegí es una de las clásicas del cicloturismo en los Alpes. Empieza en el lago Leman y termina en Turín (Italia), al otro lado de las montañas. Tiene 406 kilómetros de recorrido, más de 8.000 metros de desnivel acumulado y atraviesa todo el macizo del Mont Blanc, desde la Saboya francesa al Piamonte italiano. Es de nivel moderado y apta para cualquier aficionado a las dos ruedas con un poco de nivel físico. Discurre en un 60% por asfalto de carreteras locales con poco tráfico y el resto por pistas y sendas de montaña. Y siempre por unos paisajes increíbles con el telón de las cimas alpinas nevadas de fondo. Un deleite para los sentidos.