Cada vez que miro tu fotografía pienso que no quiero que desaparezcan esa sonrisa ni esa ilusión que refleja tu mirada. Te confieso que tu imagen me sirvió de inspiración y me ayudó a buscar respuestas a ciertas preguntas que me hago todos los días: ¿es posible una economía más respetuosa con la naturaleza? ¿Podemos pensar en un mundo más verde y feliz? ¿Desaparecerá de nuestro vocabulario el término “basuraleza”? ¿Es posible comprar reflexionando sobre el coste medioambiental que tiene el producto y basándose en eso decidir si lo metemos en la cesta o no? Al poner todas mis reflexiones en un libro, después de una apasionante investigación, creo que merece la pena hacer una apuesta en esta vida, Valentina: hay que salvar el planeta. Y se puede conseguir dando entre todos pequeños pasos; por ejemplo, reduciendo el consumo de plástico.