Lo que hasta hace poco parecía absurdo, es decir, pagar por tener una cuenta bancaria que no ofrece ninguna remuneración, ya es realidad. Ante la merma de rentabilidad generada por la crisis del coronavirus y la política de tipos de interés cero del Banco Central Europeo (BCE), la respuesta de las entidades ha sido modificar las condiciones de este producto, entre otros. De esta forma, el cobro de una tarifa a los clientes por tener una cuenta con su banco se ha convertido en un hecho cada vez más habitual. Las ofertas gratuitas en este ámbito siguen existiendo, pero, para evitar sorpresas, los expertos aconsejan mirar con lupa las demás condiciones de la cuenta antes de contratarlas.