El 22 de enero, el conductor de autobuses Li recibió una circular de su compañía en la ciudad china de Wuhan: “Prohibido llevar mascarillas para no intranquilizar al público”. Doce horas más tarde, llegaba otra orden: “A partir de ahora, es obligatorio el uso de mascarillas”. El 23 de enero, a las diez de la mañana, Wuhan entraba en confinamiento perimetral y los autobuses dejaron de circular. El bloqueo de la ciudad duró 76 días.