Dice una copla popular: “Ay Bajamar, que tras de Anaga te escondes, déjame besar tu nombre con mi sentida canción”. Los versos son de Los Huaracheros, que los cantaron por primera vez hace más de 60 años. Entonces fueron de amor, hoy son evidencias dramáticas. Bajamar, en el municipio tinerfeño de La Laguna, es ahora un paraíso, en efecto, escondido tras las montañas de Anaga.