A TRAVÉS DE la trama de una delicada cortina de hilo se desliza la luz. Todo en el interior tiene un tono cálido y apacible. La estancia está llena de flores. Las vemos sobre los sillones y subiendo revueltas por la pared. También adornan la cerámica en la que vive una planta, sobre una mesita. Parece una yuca, quizás una drácena, y lleva en ese cubremacetas vidriado bastante tiempo. Podemos saberlo porque está inclinada hacia el balcón, así como por la posición de sus hojas.