La primera acepción de la palabra consumir, según el Diccionario de la RAE, es “destruir, extinguir”. No siempre se consideró que una persona, al comer, consume. No siempre nuestra alimentación supuso la destrucción del entorno hasta colocarnos al borde de la extinción de los ecosistemas de cuya sostenibilidad depende la vida humana. Pero, en el marco del sistema económico y político actual, cada uno de los gestos cotidianos, a través de los que resolvemos nuestras necesidades y satisfacemos nuestros deseos, suponen actos de consumo que extinguen recursos y bienes comunes.