Al igual que los clubes de fútbol a los que representa, LaLiga basa una parte de su éxito como organización en los fichajes. Desde hace al menos cinco años, la entidad comenzó a atraer a profesionales de distintos ámbitos para que el fútbol igualara el crecimiento de otros sectores. A las oficinas de la calle de Torrelaguna, 60, en Madrid, llegaron talentos como el de Joris Evers, director de Comunicación Global de la organización, que había desempeñado el mismo cargo durante un lustro en Netflix; Minerva Santana, la actual directora de Innovación y Estrategia Tecnológica de LaLiga, que venía de una larga experiencia como responsable de proyectos de tecnología del IE Business School, o Jose Carlos Franco que, tras 20 años en tecnología en la industria de servicios financieros, aterrizó en la organización deportiva para orientar su gestión hacia el análisis de datos. Lograron la tarea con creces. Tanto que ahora es LaLiga quien, a través de la filial LaLiga Tech, valorada en 450 millones de euros, pone a disposición de otras entidades las herramientas tecnológicas que ha desarrollado en este tiempo. El fútbol se convierte en consultor.