La creciente importancia de invertir recursos en sostenibilidad, entendida esta en sentido amplio, tal y como es recogida en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ha llevado a que un número cada vez mayor de gobiernos tanto nacionales como subnacionales se planteen la adopción de metodologías que permitan analizar el gasto público desde un nuevo prisma. Además de las clasificaciones tradicionales del gasto público que, en estas fechas con la reciente aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, estamos acostumbrados a ver (Sanidad, Educación, Deuda, etc.), se están desarrollando nuevos enfoques que nos permitan determinar si cada uno de los programas de gasto acometidos por un gobierno inciden o se alinean con uno o varios de los ODS.