El pasado sábado 9 de enero, después de más de 24 horas de intensa nevada, en las afueras de Alcorcón el cielo y la tierra amanecieron teñidos de un blanco puro y limpio que hacía indistinguible la línea del horizonte.
El pasado sábado 9 de enero, después de más de 24 horas de intensa nevada, en las afueras de Alcorcón el cielo y la tierra amanecieron teñidos de un blanco puro y limpio que hacía indistinguible la línea del horizonte.