A finales del año en el que redescubrimos nuestra condición de Homo nostalgicus volvió a los cines, remasterizado en 4K, el universo de Wong Kar-wai, y seguirá acompañándonos en el nuevo. La sensación de déjà vu renueva el encanto de películas como In the Mood for Love en su vigésimo aniversario. Un plano memorable es como el amor, dice el director, pues requiere el momento preciso en el lugar idóneo, con la luz adecuada y el movimiento exacto. Así construye sus narraciones fílmicas, a medida que la cámara graba múltiples variantes, de las que solo una ínfima cantidad acaba en el montaje final.