Descubre tu lado anfibio, estás en el templo del agua”. No se puede ser más realista, ni más aventurero, cuando te reciben de esta forma en un meandro del Pas, el valle histórico de los trashumantes. Vamos a sumergirnos en las piscinas termales de este balneario dieciochesco, a beber de la eterna juventud que gozaron sus moradores de finales del siglo XIX y principios del XX, como el marqués de Comillas, Benito Pérez Galdós o Menéndez Pelayo. Tras su decadencia, el cántabro Manuel Pérez Mazo se animó a reconstruirlo como el santuario termolúdico que es hoy, capaz de concitar el interés de la Selección Española de Fútbol y de otros equipos deportivos en sus concentraciones.