Con las imponentes montañas Transhimalayas de fondo, Ladakh es casi un desierto a 3.500 metros sobre el nivel del mar. Esta zona de Cachemira perteneciente a India, que a menudo recibe el nombre de “pequeño Tibet” por su cercanía al Himalaya y su gran población budista, es eminentemente agrícola pese a lo árido de sus tierras. Tradicionalmente, el agua del deshielo servía a la población local para regar sus cultivos, pero el cambio climático ha provocado que los glaciares más cercanos estén desapareciendo. Sin alternativas para la canalización de agua y sin ríos en las proximidades, esta escasez hace peligrar el modo de vida de sus habitantes.