La vocal cerrada, tres veces seguidas, separada solamente por dos consonantes lo convierte en un zumbido, casi ininteligible, una acumulación de us que ha hecho vibrar a la mayoría de los estadios del fútbol español. “¡U-RU-GUA-YO! ¡U-RU-GUA-YO!”. En casi todos los equipos de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank ha habido uno. Desde el ídolo deportivista Dagoberto Moll, quien abrió las puertas españolas a sus compatriotas en 1949, o Luis Suárez, el máximo goleador charrúa en la historia de la competición con 161 dianas, hasta el reciente fichaje del Deportivo Alavés, el joven Facundo Pellistri, Uruguay, que tiene tres millones y medio de habitantes, es el tercer país que más jugadores ha aportado (181) al torneo en sus 90 años, solo por detrás de dos colosos como Argentina (522) y Brasil (288), que cuentan con poblaciones de 44 millones y 209 millones respectivamente. El fenómeno no es exclusivamente visible en España. Según el CIES Football Observatory, de los 20 países que más futbolistas exportan a todo el mundo, solo Uruguay y Croacia tienen una población menor a cinco millones, algo que convierte a los celestes en el país que más jugadores produce por habitante. ¿A qué se debe este fenómeno?