Conserva recuerdos muy intensos de sus dos viajes por la Amazonía peruana (en 1958 y 1964), cuyas vivencias le sirvieron luego para novelas como La casa verde o Pantaleón y las Visitadoras. Vivió en Madrid, en París, en Londres, en Barcelona. Viajó por toda Europa y reconoce que solo tomó conciencia de su condición de escritor latinoamericano cuando llegó a Francia. Su peor experiencia viajera fue en el Congo, “una desgracia de país” y si pudiera huir ahora mismo, lo haría a una isla filipina.