No conozco a una sola persona a la que no le ocurra. Si tuviera que definirlo, diría que es una travesura. Algo así como una chiquillada que hace que hace que, estando en la cama con tu pareja, metida en faena, tú desconectes y te imagines haciéndolo con otro. Elijan. Cualquiera puede ser la persona en la que piensen. Entiendo que si acaban de conocer a quien está en faena pongan toda la atención en aprender cómo reacciona cuando pasan la lengua, justo, por ese sitio. Pero, apuesto las dos manos a que si con quien duermen es alguien con quien llevan tiempo, se permitirán el lujo de, cuando encarte, desconectar e imaginarse con quien les dé la gana.