Con el Día de San Valentín a la vuelta de la esquina, muchas personas se darán cuenta de que tener pareja no lo es todo, pero a menudo ayuda. Con más razón lo harán aquellas que no han encontrado todavía el amor y conocen de cerca las desventajas que esta condición puede acarrear. Una de ellas es el hecho de tener que llevar la economía del hogar sin contar con el aporte, a veces decisivo, de otra persona. Adiós, entonces, no solo a las paellas para compartir o los packs ahorro de los supermercados, sino también a las condiciones más favorables que suelen ofrecer los bancos cuando en el contrato de la hipoteca aparecen dos firmas en lugar de una sola. Pero, ¿es así también en el caso de otros productos financieros? ¿O verse obligados a festejar San Solterín un año más son solo inconvenientes?