España no se vacía solo de su población sino también de las oficinas bancarias. Si hace tan solo una docena de años eran legiones —a 30 de septiembre de 2008 se registró el pico, con 45.707 unidades—, las sucursales han caído a menos de la mitad, hasta alcanzar 22.209, según los últimos datos del Banco de España registrados a cierre del tercer trimestre del año pasado. Y seguirán bajando, por efecto de la reestructuración del sector y de las próximas fusiones previstas entre entidades, lo que supondrá un incremento del 17,8% en el número de habitantes por oficina hasta finales de este año.