¿Son sólo los escritores quienes tienen derecho a escribir un libro? ¿Y las editoriales son las únicas a poder imprimirlos? ¿Por qué no imaginar que un nieto se decida un buen día a escribir la historia de su abuelo, y que ambos la envíen a imprimir como si en vez de amateurs fueran editores profesionales? Esta es la ambición de la start-up francesa Entoureo, que tiene por objetivo proteger la memoria de nuestros ancianos y a la vez, de rebote, estrechar los lazos familiares.