Uno de los grandes poetas peruanos del siglo XX, Sebastián Salazar Bondy, se encontró en Chile con el joven poeta norteamericano Allen Ginsberg. Ambos habían sido invitados a un congreso internacional organizado por la chilena Universidad de Concepción. Corrían los primeros meses de 1960. El intelectual, escritor, crítico literario, periodista y dramaturgo limeño, por entonces director del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), invitó al ya famoso autor de Aullido a un recital en la capital de Perú en mayo. El IAC era una institución fundada en 1947 y de carácter privado que, en aquellos días, tenía su sede en la calle de Ocoña, 174, cerca de la plaza San Martín, en pleno centro histórico.