Las grandes petroleras de Europa quieren enterrar sus raíces. Explorar y perforar para obtener crudo o gas ha dejado de estar bien visto. Hoy, el atractivo está en ser una empresa verde, limpia, ecológica, sostenible. Presionadas por los ambiciosos objetivos de descarbonización hacia 2050, estas compañías apuestan por reducir el impacto medioambiental que se genera al extraer los combustibles fósiles y quieren acelerar su conversión a las energías renovables.